Hay pocas culturas en el mundo más ligadas a la tradición del tatuaje que la Japonesa, con un poderoso imaginario que va desde fieros dragones hasta delicados capullos de flor pasando por complejas escenas de guerreros samurái en batalla contra terroríficos demonios (o incluso demonios en solitario como motivo central del tatuaje).
El tatuaje en Japón no solo tiene un panteón de motivos y diseños populares, también un estilo estético muy definido y característico. A pesar de que este estilo de tatuaje tenga su origen en una pequeña zona del mundo (el archipiélago de Japón no conforma un territorio muy extenso en términos de superficie o población) a día de hoy es totalmente reconocible a nivel global e incluso está claramente diferenciado del resto del tatuaje asiático. Los motivos y diseños del tatuaje japonés forman ya parte de la cultura popular de todo el mundo gracias en gran medida a la popularidad del cine asiático, el manga y el anime (entre otras muchas formas de expresión cultural eminentemente japonesas) y sobre todo debido a la fascinación que sentimos en occidente por muchas de las expresiones culturales orientales.
Hoy en día una persona occidental puede sentirse perfectamente identificada con un tatuaje de una carpa Koi que remonta el río en su espalda, una grulla volando sobre el sol del amanecer, o una delicada composición con crisantemos (la flor nacional de Japón) y una Geisha (un personaje exclusivo de la historia cultural de Japón) sobre todo si uno conoce el antiguo simbolismo que se oculta tras todas estas bellas imágenes.
Los tatuajes japoneses a nivel práctico poseen otra característica reseñable, son especialmente indicados para ampliarlos a lo largo del tiempo (es una práctica habitual en el propio Japón). Es sencillo comenzar con una flor en el antebrazo y a lo largo del tiempo ir ampliando el tatuaje hasta terminar con una "manga" que cubra completamente el brazo. Lo mismo sucede con tatuajes en la espalda que pueden ampliarse hasta terminar convirtiéndose en una pieza que cubra la espalda completa (y en los casos más extremos el cuerpo casi por completo), siendo Japón ...
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